Vinagre y salud


Tal vez hayas oído alguna vez aquello de que el vinagre adelgaza, o tengas la falsa idea de que no es saludable. Pues quítate ambas cosas de la cabeza. En realidad no existe ningún alimento milagroso que nos haga adelgazar. Sin embargo, el vinagre tiene propiedades diuréticas que hacen que sea un fantástico complemento alimenticio, porque, además de darle un toque especial a las preparaciones culinarias, provoca en el organismo un efecto depurativo y remineralizante. Así que las personas que lo toman se sienten más ligeras y saludables. Aquí te dejo algunas de las propiedades de este fantástico aliño. ¿A qué esperas para empezar a tomar vinagre?

-El vinagre es un fantástico depurativo, digestivo y laxante (aumenta el movimiento intestinal).

- Mejora la digestión de las grasas. No es que elimine las grasas como por arte de magia, pero ayuda a digerirlas.

- Posee un gran poder "saciador". Está comprobado que beber agua con vinagre de manzana durante las comidas hace que nos sintamos "satisfechos" mucho antes de lo esperado. Con lo cual, sirve para que comamos menos cantidad.

- Su riqueza en Vitamina A le confiere efectos muy positivos para la sequedad de la piel y de todas las mucosas del cuerpo (especialmente la del ojo). También posee sales minerales, taninos, calcio, fósforo, potasio, sodio, cinc y vitaminas del grupo B.

-Es diurético porque ayuda a eliminar líquidos. Lo que hace que pierdas menos potasio y se evitan los mareos, calambres y cansancios habituales.

- En comparación al vinagre de uva, provoca menos acidez y es más apropiado para estómagos delicados. Además, mejora la circulación sanguínea y ayuda a mantener el colesterol a niveles normales.

- El uso tópico del vinagre de manzana ayuda a aliviar dolencias de la piel como herpes, caspa y quemaduras leves.

- Aplicado sobre las piernas, ayuda a contraer las venas varicosas.

- Es muy eficaz para la limpieza y eliminación de células muertas de la piel.

- Tiene acción desinfectante y cicatrizante en pequeñas heridas.

Consejos para prevenir y reducir la flacidez


ºLa flacidez puede ser provocada a raíz de distintos factores, uno de los más comunes es el paso del tiempo. Las proteínas que sostienen y la mantienen la piel adherida sobre los músculos, como la colágena o la elastina, con el paso del tiempo van perdiendo eficacia.



Si a eso le sumamos otros factores como la obesidad, la falta de ejercicio y una mala alimentación, la flacidez seguro que llegará antes.


Una de las formas de reducir la flacidez muscular es haciendo ejercicio, en particular todos aquellos que impliquen un trabajo localizado: musculación, gimnasia localizada con barras, mancuernas o natación. No es recomendable realizar actividades de alto impacto hasta que el músculo tenga nuevamente su tonicidad, de lo contrario aparecería otra gran enemiga: la celulitis.

Después de realizar actividad física hay que ducharse inmediatamente, y en lo posible con agua fría, ésta tensa la musculatura.

Llevar una dieta saludable en la que estén incluidos alimentos con altos valores de vitamina A, y ricos en fibras también es ideal.

Estar hidratado es fundamental, y de ser posible una sesión de masajes reafirmantes también es muy efectivo para devolverle a la piel su tonicidad.

Hay que tener cuidado durante el verano con la exposición solar, porque si se da en exceso y la piel es muy clara, los rayos solares van deteriorando a la colágena y la elastina, propiciando la aparición de flacidez, arrugas y manchas en la piel.

via: vivirsalud.com

Ejercicio físico y artritis


La artritis es una enfermedad delicada que ataca pasados los cuarenta, y por ello meritoria de ser tratada con cuidado. Y pensando con lógica, es comprensible que las personas que la padecen tengan cierta reticencia a hacer ejercicio físico por miedo a lastimar sus articulaciones. Sin embargo, estamos en presencia de un mito.

Un reciente estudio con más de 1200 participantes comprobó que el ejercicio no daña en absoluto a la artritis, y no supone ningún tipo de amenaza a aumentar el daño de los huesos, tanto en personas delgadas como en personas con sobrepeso y obesas.

Esta conclusión llega desde la Harvard Men’s Health Watch, donde el Dr. Harvey Simon estudió la actividad física de unos cuantos individuos con artritis, analizando con tomografías computarizadas las articulaciones de los mismos para comprobar los efectos que el ejercicio físico tenía sobre ellas.


Sin embargo, las tomografías demostraron que no sólo la artritis no se veía perjudicada por la práctica de actividad física, sino que además en varios casos correr influía positivamente en las articulaciones de los individuos.

Si eres principiante en el ejercicio físico y tienes artritis, es buena idea comenzar haciendo un poco de ejercicio aeróbico a cualquier intensidad. Esto ayudará tu artritis y prevendrá futuras lesiones. Por supuesto, nunca te saltees el calentamiento y los estiramientos, y nunca olvides que tu edad importa y que no tienes 20 años. Cuando te sientas cansado, date una pausa.

Secretos de una buena dieta


Por muchos años, el fenómeno de la obesidad -que actualmente se define como una enfermedad- ha sido el tema de investigación de expertos, quienes continúan buscando soluciones para este problema. A raíz de estas investigaciones, han salido a la luz dos grupos de individuos cuyo enfoque en la dieta es muy distinto.



El primer grupo corresponde a las personas que logran bajar de peso, pero lo recuperan en corto tiempo. El segundo lo conforman aquellas que rebajan de peso y a través de los años logran mantener un gran porcentaje del peso perdido.

Los científicos concluyen que los individuos del segundo grupo, quienes han tenido éxito con la dieta, no buscan solucionar su problema de sobrepeso con promesas ‘milagrosas’ o ‘rápidas’, sino que lo abordan con seriedad y realismo.


Diez claves para el éxito

Quienes pertenecen al afortunado segundo grupo presentan diez características en común, las cuales compartiremos a continuación:

Seguir un plan de dieta personalizado

Las personas que siguen una dieta personalizada, compatible con su estilo de vida, tienen más posibilidades de éxito que las que copian la dieta de una revista o hacen una serie de dietas rápidas. Las mejores dietas individualizadas son aquellas que incluyen un plan de alimentos balanceado, disminuyen las calorías de las grasas saturadas, moderan el porcentaje de proteínas e incrementan el consumo de frutas, verduras y granos integrales.

Realizar una actividad física

Una buena dieta está acompañada de un buen plan de ejercicios, y viceversa. Las personas que han perdido peso saben que, para mantenerlo, necesitan estar siempre activas.

Contar con el apoyo de parientes y amistades

Si nuestros allegados conocen nuestra intención de ser más saludables, nos pueden ayudar en momentos de debilidad e inclusive se pueden unir a nosotros en el propósito de perder peso.

Establecer un compromiso a largo plazo

Las personas comprometidas a hacer cambios permanentes en sus vidas evitan seguir dietas ‘rápidas’ o ‘milagrosas’, pues saben que éstas por lo general no funcionan y no conducen a una resolución perdurable.

Premiarse por sus logros

Cada cierto tiempo o cuando se alcance un cierto número de ‘libras menos’, se recomienda darse un premio a uno mismo por las metas logradas. De vez en cuando, se puede comer una comida favorita, o mejor aún, darse el gusto con un buen masaje, un tratamiento facial o un corte de pelo.

No dejar que los alimentos controlen sus emociones

Esta cualidad es quizás la que requiere de mayor control, ya que muchas veces solucionamos nuestros problemas o penas con los alimentos. Lo apropiado es aprender a resolver nuestras dificultades y distraernos de otra forma, como haciendo ejercicios, charlando con nuestras amistades o meditando.

Confiar en sí mismos

Los que perseveran, confían en sí mismos y saben que lograr una meta no es trabajo fácil logran saborear el éxito.

Hacer cambios permanentes y realistas

No se puede esperar lograr cambios permanentes en la primera semana de la dieta, pero sí se pueden introducir paulatinamente y de forma segura.

No enfocarse en ser ‘perfectos’

Si reconocemos que la perfección no existe y que enfrentaremos algunos tropiezos durante la dieta, pero conservamos nuestro ánimo bien alto, evitaremos cometer los errores dos veces.

Querer vivir más saludables y felices

Las personas que entienden que la razón primordial para mantenerse en un peso adecuado no es la vanidad, sino la prevención de enfermedades, son las que llevan una vida más feliz y comprenden el verdadero significado de la palabra ‘salud’.

via: midieta.com

¿Demasiado ocupados para alimentarnos bien?


Todo sabemos que muchas veces el trabajo es una limitante a la hora de llevar una buena alimentación. Ya sea por cuestiones de tiempo o de practicidad no nos tomamos el tiempo adecuado para elegir nuestros alimentos y eso juega en contra de nuestra dieta. Muchas horas de trabajo pueden resultar en hábitos alimenticios bastante pobres.

Esta es la conclusión de un nuevo estudio realizado por la Universidad de Cornell. Este estudio se basó en una encuesta entre 25 madres trabajadoras y 25 padres trabajadores. Se demostró que más de la mitad de los participantes tenían hábitos alimenticios no saludables. La razón eran las circunstancias de trabajo.

En el 2006 se había realizado un estudio en el que se mostró que la agenda laboral es uno de los obstáculos más importantes para llevar una dieta adecuada. Este estudio identificó 22 estrategias que los padres desenvuelven cuando no pueden sentarse a comer con su familia. Estas estrategias incluyen saltearse comidas, comer en el trabajo, en el auto, elegir comidas fáciles y rápidas para servir. También comer de más luego de perder una camida.

El estudio actual mostró que la mitad de las madres y padres encuestados dependían de 12 de estas 22 estrategias. Las padres solían saltear comidas, comer en el trabajo o alimentar sus familias con comidas prontas. Las madres son más tendientes de saltear el desayuno, de comer en restaurantes o alimentarse con comidas preparadas.

La importante no es sólo qué comemos sino cómo lo hacemos. Las largas horas de trabajo son la principal causa de hábitos alimenticios poco saludables. Nuestas obligaciones de trabajo no son fáciles de modificar. Sin embargo, sí podemos intervenir para mejorar nuestra dieta. Por ejemplo: podemos realizar cortes para asegurarnos de comer regularmente.

Los investigadores esperan que cuantificar el impacto del trabajo en nuesta dieta sirva para realizar algunos cambios. De esa manera podremos estructurar nuestra vida de una forma en la cual no sea tan difícil hacer lo que los doctores recomiendan.

Una dieta saludable en el trabajo


Que tengas que comer en tu trabajo todos los días no significa que no puedas llevar una alimentación adecuada que te permita cuidar tu figura y tu salud. Con un poco de voluntad y un poco de orientación al respecto podrás cumplir tu jornada laboral al mismo tiempo que llevas una dieta saludable.

En primer lugar no debes saltearte ninguna comida. Que lo hagas no significará que vayas a bajar de peso ya que estarás más propenso a comer fuera de horas alimentos ricos en azúcar y calorías. Además, intenta comer despacio y masticando bien los alimentos. Esto evitará que comás de más al mismo tiempo que tendrás una digestión mejor.

Si comes un menú regular agrega una porción de fibra (ensalada y cereales integrales) ya que será saludable y al mismo tiempo te saciará. También puedes sumar verduras y hojas verdes: son una buena fuente de vitaminas. Por otro lado evita los acompañamientos como ensaladas de papas, pastas con mayonesa o chorizos. También evita las salsas grasosas y los aderezos. Evita también los postres o reposterías y sustituyelos por una fruta.

Lleva la comida preparada a tu trabajo en envases con separadores de modo que puedas llevar ensaladas en un depósito y carne en el otro. Opta por carnes bajas en grasas y que estén cocidas al vapor o asadas. Escoge postres lácteos pero asegurate de que sean descremados. Un último consejo: come cada 4 o 5 horas. De esa manera te mantendrás despierto y activo.

6 hábitos para llevar una vida saludable


¿Quieres llevar una vida saludable y no sabes por dónde empezar? Hoy te ayudaremos al respecto. Sólo necesitas un poco de disciplina y verás como tu calidad de vida mejora significativamente. Si quieres sentirte más joven presta atención a estos seis hábitos para llevar una vida saludable.

1) Lleva una alimentación sana: Un estilo de vida saludable debe comenzar cambiando tus hábitos alimenticios. La dieta tiene un rol fundamental a la hora de mantener la buena salud y prevenir enfermedades. De hecho, la mayor parte de las enfermedades son producidas por faltas de nutrientes. Por eso debes llevar una dieta balanceada que te suministre todos los nutrientes necesarios.

2) Haz ejercicio: El ejercicio físico es esencial para mantener una buena calidad de vida. La falta de actividad es una de las principales causas de debilidad y de una salud pobre. Está directamente relacionada con una serie de problemas como la artritis y el reaumatismo. Además, los problemas de corazón se originan de una pobre circulación sanguínea (la cual podrías mejorar a través del ejercicio).

3) No fumes ni tomes alcohol: Ya sabemos de sobra que el cigarro conlleva una gran cantidad de consecuencias negativas para nuestro organismo. Por lo tanto, si quieres mejorar tu salud, lo primero que debes hacer es dejar de fumar. Por otra parte, tomar alcohol de forma excesiva también tiene efectos negativos en nuestro cuerpo.

4) No consumas ninguna clase de drogas: Intenta disminuir al mínimo la cantidad de pastillas que tomas. ¿Sientes un pequeño dolor y enseguida buscas alguna medicina? Si lo haces estarás contaminando tu organismo inecesariamente. Aspirinas y píldoras para dormir son algunas de las sustancias que debes consumir sólo en casos necesarios.

5) Desarrolla tu persona: Un estilo de vida saludable requiere que cambies tus hábitos actuales de vida, tus comportamientos y tus actitudes. Esto lo podrás hacer fácilmente si logras un desarrollo interno. De esa manera podrás cumplir el propósito que te hayas propuesto.

6) Por último: presta atención a tu salud bucal: Una buena limpieza de dientes y de encías es fundamental a la hora de lograr un bienestar general.

El tráfico aumenta el estrés y la presión sanguínea


El ruido de tráfico es la mayor fuente de ruido dentro de una comunidad. Sobre este tema han realizado un estudio un grupo de investigadores suecos. Según sus conclusiones vivir cerca de las avenidas con tráfico intenso puede aumentar el riesgo de sufrir de presión alta. Una muestra de 24. 238 adultos suecos mostró que aquellos que viven cerca de avenidas ruidosas tienen una presión más alta que aquellos que viven en ambientes más tranquilos.

La exposición a más de 60 decibeles está asociada a una presión alta entre las personas relativamente jóvenes y los adultos de mediana edad. Este es un factor de riesgo para enfermedades cardiovuscalares como el ataque al corazón. Los adultos de mediana edad que están expuestos a un ruido de tráfico alto de aproximadamente 64 decibeles (un poco más alto que una conversación normal) tuvieron casi el doble de posibilidades de tener una alta presión sanguínea, comparada con aquellas que no.

Otros estudios han mostrado que aquellos que viven cerca de aeropuertos o que trabajan en lugares ruidosos tienen un riesgo mayor de tener alta su presión sanguínea. La teoría es que el ruido funciona para el cuerpo como una señal de situación estresante. Por lo tanto, una exposición crónica puede causar un aumento a largo plazo de la producción de la hormona del estrés, del ritmo del corazón y de la presión sanguínea. Además, el ruido puede ser perjudicial para el descanso correcto.

De todas formas esta no es una prueba suficiente de que el tráfico cercano causa una presión sanguínea más alta. Según los investigadores solamente es un factor a tener en cuenta. Aseguran que todavía se necesitan de más estudios para saber verdaderamente cuál es el efecto de la contaminación sonora sobre nuestra salud.

¿Cuáles son los efectos de los estimulantes?


Los estimulantes son un tipo de drogas que, como puede suponerse, estimulan la actividad cerebral. Por lo tanto, producen un aumento de la agudeza mental, de la atención y de la energía. Esto va acompañado de ciertos efectos: el aumento de la presión arterial, del ritmo cardíaco y de la respiración.

En el pasado los estimulantes fueron utilizados en tratamientos de ciertos problemas como el asma, la obesidad y algunos trastornos neurológicos. Luego de descubrir los peligros que puede conllevar su abuso se intentó disminuir su prescripción. Actualmente se utilizan para tratar una mínima cantidad de dolencias como es el caso de la narcopesia o de ciertos casos de depresión.

Las consecuencias del consumo de estimulantes pueden ser peligrosas. Si bien su uso no conlleva una dependencia física sí pueden resultar adictivos en el momento en que se comienzan a consumir compulsivamente. En casos de dosis altas algunos estimulantes pueden producir sentimientos de hostilidad o de paranoia. Un sentimiento de euforia puede acompaár el uso de esta droga. También puede generar un amento de la temperatura del cuerpo y una irregularidad del ritmo cardíaco. La posibilidad de un fallo cardiovascular también está presente.

En el caso de que estés tomando otros medicamentos y consumas estimulantes debes estar bajo la supervisión de tu médico. Ten en cuenta que los estimulantes no deberían ser tomados junto a remedios que contengan descongesionantes. La combinación puede resultar en un aumento importante de la presión arterial.