Sería hipócrita negar que la sal es el mejor condimento para las comidas, ya que el sabor que le aporta a las mismas la hacen inseparable de prácticamente todos los platos. Pero por más apologías que se realicen del condimento blanco, es innegable el riesgo que su abuso supone para nuestra salud.
Con ello en mente, investigadores que publican su estudio en el British Medical Journal han realizado algunos interesantes cálculos para cuantificar la incidencia que tiene la sal sobre nuestro riesgo de vida y así poder controlar su consumo en pos de una mejora en la salud de personas con problemas de tipo cardiovascular.
Así, los investigadores calcularon que un aumento en el consumo de sal del orden del 5% podría significar hasta un 23% de aumento en el riesgo de ataques cardíacos y de un 17% en la intensificación de los síntomas de enfermedades cardiovasculares.
Pensemos en referencias. Para poner de ejemplo una conocida por todos, la Big Mac de McDonald’s tiuene 1.04 gramos de sodio, y una Whopper de Burguer King unos 1.02 gramos. Sólo en los Estados Unidos (modelo a evitar) una persona consume diez gramos de sal por día, cifra demasiado elevada para alguien preocupado por su salud.
Por ello, un descenso del 5% en el consumo de sal implicaría un 23% menos de riesgo de muerte por accidentes cardiovasculares, y un descenso del 17% en las enfermedades cardiovasculares. En términos absolutos, según los investigadores esto se traduce en 1 millón menos de muertes por ataques cardíacos y 3 millones menos por problemas cardiovasculares.
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