Consejos para reducir tu consumo diario de sal
La sal de mesa, posiblemente el aditivo más antinguo y más utilizado en la alimentación, es totalmente necesario para nuestro organismo. Su componente básico, el sodio, mantiene la presión de la sangre y regula el equilibrio de los líquidos. Sin embargo generalmente abusamos de ella, lo cual trae un par de consecuencias negativas como, por ejemplo, la hipertensión.
Por eso debemos evitar excedernos con ciertos alimentos altos en sodio. Tal es el caso de las anchoas, la panceta, la sopa y el atún enlatados, las salsas, el cerdo, las salchicias, las aceitunas, los pickles o la salsa de soya. Además de evitar los alimentos con sodio puedes realizar un par de cambios de hábito para reducir tu consumo de sal:
- Cocina tus alimentos con hierbas, especias, jugos de fruta y vinagres.
- Consume vegetales frescos.
- Mantiene el salero en el aparador de la cocina y no en la mesada donde es más tentador para usarlo.
- Utiliza menos sal de lo que indica cada una de las recetas.
- Selecciona los alimentos en lata con bajo contenido en sal. De lo contrario enjuaga las comidas con agua.
- Selecciona comidas congeladas que no abunden en sal.
- Utiliza con moderación los condimentos con un alto contenido de sal, como la ketchup o la mostaza.
- Si comes entre comidas opta por una fruta fresca y no por snacks salados
- Si vas a comer fuera de casa pregunta si tu comida puede ser preparada simplemente con un poco de sal. Pide los condimentos y las salsas a un lado del plato. Así podrás controlar la cantidad que consumes.
- Ten cuidado con los substitutos de la sal. Algunos contienen sodio así que ¡revisa la etiqueta!.
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