Cuatro razones no tan evidentes para dormir mal


¿Cómo te sientes cuando despiertas?
Si la respuesta es cualquiera cosa diferente a “fresco”, “descansado” o “bien” , probablemente debes revisar ti manera de dormir. Al menos eso dice, el doctor Michael Decker, profesor de la Universidad Estatal de Georgia (Estados Unidos) y portavoz de la Academia Americana del Sueño. “Debemos despertarnos bien, si no es así algo está pasando durante la noche que nos estropea el sueño y no estamos siendo concientes de ello”.

Veamos cuatro circunstancias de nuestra vida diaria que pueden hacernos dormir fatal:

1. La soledad.
La gente que se percibe a sí misma como solitaria tiene un sueño más fragmentado, aseguran las conclusiones de un estudio realizado con 95 adultos en Dakota del Sur. Esto afecta la calidad del sueño, aunque no la cantidad de horas que dormimos. Da igual que seas joven o anciano, que vivas en el campo o en la ciudad, sentirse parte de una comunidad que proporciona sensacional de seguridad nos hace tener un sueño más profundo.

2. Dormir con una mascota.
Los científicos aseguran que los dueños de mascotas interrumpen el sueño casi cada noche durante 20 minutos. Además el 21% de ellos reconoce que sus perros roncan, lo mismo que reportó el 7% de los que tenían un gato en casa. En general, tener una mascota en la habitación supone ruidos que interrumpen el sueño.

3. Trabajar por turnos.
Es un de clásico que ocasiona fatiga, y un sueño interrumpido que oscila entre el insomnio y la continua soñolencia. El principal problema es la alteración de los ritmos circadianos y de la sensibilidad a la luz de nuestro organismo. La luz natural y la oscuridad son las claves para ajustar nuestros ciclos de sueño y vigilia. Es un concepto parecido al del jet lag que se sufre tras un largo viaje. Los investigadores recomiendan a los que trabajan por turnos y tienen que dormir de día que simulen condiciones de oscuridad para ayudar al organismo a dormir.

4. La temperatura de la habitación.
En la noche la temperatura corporal empieza a caer, y eso es una señal de que es hora de ir a la cama. Tomar un vaso de leche caliente ayuda a conciliar el sueño precisamente porque un líquido caliente eleva la temperatura y facilita su inmediata caída. Casi al amanecer, el organismo comienza a elevar la temperatura gradualmente hasta que despertamos. Si la habitación está demasiado fría o caliente –la temperatura ideal es 21 grados- este ciclo de temperaturas se altera y con también la calidad del sueño.

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