La naturaleza nos brinda en sus productos una farmacia completa que podemos utilizar para mejorar nuestra salud, prevenir enfermedades y curar padecimientos.
Uno de los muchos beneficios que aporta el utilizar los alimentos como medicina natural preventiva, es el evitar los efectos secundarios que los medicamentos normalmente ocasionan.
A diferencia de las medicinas, las frutas, verduras, semillas y legumbres son alimentos nutritivos que promueven la regulación del metabolismo y el mantenimiento de las funciones fisiológicas junto con otras propiedades curativas particulares de cada alimento.
Aquí te presentamos algunos alimentos que vale la pena incluir en nuestra dieta diaria:
Tomate. Disminuye la acidez de la sangre purificándola y previniendo la formación de tumores.
Zanahorias. Tonifican la vista y el nervio óptico; desintoxican y purifican la sangre propiciando un mejor flujo de ésta.
Uvas. Excelentes antioxidantes que también favorecen la circulación de la sangre.
Nueces. Ayudan a desarrollar neurotransmisores que mejoran la función cerebral.
Judías. Sanan los riñones y mantienen las funciones renales en general; asimismo regulan las funciones del colon previniendo el estreñimiento y las hemorroides.
Apio. Excelente fuente de sodio que ayuda en el fortalecimiento de los huesos.
Berenjena, aguacate y pera. Ayudan a mantener la salud y función de la matriz y cuello cervical. También propician un adecuado balance hormonal y previenen el cáncer cervical.
Higos. Benéficos en reducir la esterilidad masculina.
Batatas. Ayudan a mantener la salud del páncreas balanceando el índice de glucosa en personas con diabetes.
Aceitunas. Auxiliares en la salud de los ovarios.
Toronjas, naranjas y otros cítricos. Ayudan al movimiento linfático de los senos, además de ser fuentes abundantes de vitamina C.
Pimientos. Funcionan como diuréticos y depurativos previniendo enfermedades del intestino.
Cebollas. Favorecen la limpieza de los desperdicios de las células de todo el cuerpo.
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