Presta atención a lo que tu cuerpo dice de ti


Que tengas las manos frías, calambres en las piernas, ronques a la noche o que tu orina sea de color oscuro a lo largo de varios días no es casualidad. De lo contrario, estos son síntomas de que algo más está sucediendo en nuestro organismo: puede ser una pavada o algo más serio.

El cuerpo refleja lo que padecemos a través de distintas señales, a las que debemos estar muy atentos. A continuación tendrás la respuesta al por qué tu cuerpo reacciona de esa manera. Presta atención a lo que tu cuerpo dice de ti y, si tienes dudas, consulta con tu médico.


Ojos secos. Esta podría ser la señal de que pasamos demasiado tiempo frente al ordenador, que estamos bebiendo mucho alcohol o que te encuentras en un ambiente frío y seco. En menor medida, puede deberse también al consumo de ciertos medicamentos (antidepresivos, antihistamínicos y medicamentos para el resfriado) o hipertiroidismo.

Manos frías. Si sientes las manos frías durante mucho tiempo, posiblemente padezcas estrés. Cuando estamos estresados, el sistema nervioso se acelera y se contrae la circulación sanguínea. Puedes también padecer el síndorme de Raynaud, que afecta el flujo sanguíneo a las extremidades.

Grietas en los labios y en los costados de los labios. Por lo general, es por acumulación de saliva, por exposición al viento, frío y aire seco, aunque también pueden intervenir factores como falta de hierro, vitamina A, C y varias de las B, y una infección de hongos.

Orina oscura. La orina oscura indica que nos está faltando hidratación en el organismo, aunque también es síntoma de infecciones urinarias, a la vejiga o riñones.

Tos permanente. La tos constante puede deberse a varias causas. Puede ser drenaje postnasal que queda de la alergia, espamos en las vías respiratorias, fibrosis pulmonar, o una enfermedad pulmonar crónica obstructiva, que generalmente contraen los fumadores.

Calambres en las piernas. Cuando pasamos varias horas parados o sentados en la misma posición, usamos tacos altos o no bebemos suficiente líquido para mantenernos hidratados puede tensar los músculos de la pantorrilla. En menor medida, pueden ser el resultado de anticonvulsivos, antihistamínicos, estrógenos y medicamentos para la osteoporosis. También puedes tener las arterias bloqueadas, dificultando el flujo sanguíneo hacia las piernas.

Sudores nocturnos. La mayoría de la veces se deben a los cambios hormonales, por ello estos sudores son comunes en la adolescencia y sobre todo en las mujeres durante la menopausia. De todos modos, puede ser síntoma de un trastorno en la tiroides, enfermedades como cáncer, lupus o
tuberculosis.

Los ronquidos. Estos aparecen porque las vías respiratorias están bloqueadas, lo cual puede ser por alergias, tabique nasal desviado o sobre peso. También los ronquidos son el signo de una enfermedad llamada apnea del sueño.

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