El cuerpo es nuestra casa


El especialista comenta sobre los paralelismos que existen entre el lugar donde vivimos y nuestro propio cuerpo.

Estamos acostumbrados a concebir las cosas por separado: nuestro Ser termina en nuestra piel y nuestra casa, en la puerta. De este modo, sólo cuidamos lo que creemos que nos pertenece. Con lo cual, nos manejamos como si los espacios públicos no nos pertenecieran.

No se sabe cómo pero perdemos la capacidad de ver las conexiones que nos rodean y, en consecuencia, enceguecemos frente a las múltiples influencias que determinan que nuestra vida sea maravillosa o muy complicada.

¿Por qué no relacionarnos con nuestro cuerpo más allá del gimnasio o la comida sana?

Nuestro cuerpo, nuestra casa

Así como nuestro cuerpo es el reflejo de quien somos, lo mismo sucede con el lugar donde vivimos. Las combinaciones de objetos, colores y sonidos que hacen a nuestro hogar hablan de la persona que somos, o mejor dicho, de quienes estamos siendo. Comenzar a mirar la propia casa como si fuera una parte de nuestro cuerpo puede ser el comienzo para preguntarnos si estamos haciendo todo para que ese lugar sea un sitio donde derramarnos en paz.

Nuestro sostén

La columna es el eje principal del cuerpo, si tenemos problemas con ella, todo nuestro organismo se desequilibra. ¿Cuál es la columna vertebral de nuestra casa? El recorrido que va desde la puerta principal y pasa por el living hasta los dormitorios es el eje, no importa si es una mansión o un monoambiente, siempre hay un eje por el que más circulamos. Observe cómo es ese camino, está ¿iluminado?, ¿limpio?, ¿lleno de cosas?, ¿vacío?


Los sentimientos

El corazón es el motor principal para mantenernos vivos. Si estamos rodeados de amor y trabajando en algo que nos gusta, el corazón se fortalece; si vivimos discutiendo, estresados y preocupados por el futuro, se debilita.

En la casa, el corazón está en el dormitorio, el lugar para descansar, liberar las emociones junto a la almohada, conversar con la pareja y hacer el amor. Por eso, es fundamental que la energía sea de amor, y no me refiero a algo banal, rosa y light, sino un amor con el que podamos conectarnos con lo esencial.

Lo que mostramos al mundo

Nuestra cara es lo más expuesto y visible de nuestro cuerpo. Constituye nuestra identidad pública, nuestra carta de presentación, aparece en documentos, pasaportes y currículums.

De la misma manera, el living es el espacio social. Resulta interesante mirar este espacio: ¿Está preparado para el afuera o es cálido e íntimo? ¿Es demasiado ordenado? ¿Ostentoso? ¿Qué relación tiene con la forma en que nos presentamos al mundo?

Para eliminar lo que no sirve

Por otra parte, así como cuidamos nuestro sistema digestivo, también necesitamos observar cómo está el cuarto de baño. Lo ideal es que se encuentre ordenado para aprovechar y disfrutar de la limpieza del cuerpo, una actividad que se centra en soltar lo que no nos sirve. Por eso, es importante que la energía de esta habitación esté fresca, alegre y limpia. De lo contrario, podríamos tener problemas.

Aire puro

Los espacios externos representan nuestros pulmones. Si usted vive en un departamento sin balcón, las ventanas serán su vía de escape y no importa si la vista no es agradable, siempre se pueden poner flores. Lo importante es que el aire circule. Por ello, si vive en un lugar céntrico con mucho smog, la noche es el momento ideal para abrir las ventanas.

Los síntomas… la cocina

Al no poder evitarlos, los síntomas hacen sincero al ser humano. Si se los sabe escuchar, pueden ser aliados para crecer, aprender o lo que sea que nos transmita cada síntoma.

La cocina representa el lugar donde somos más auténticos, donde lo que se vé es lo que hay, sin vueltas. Por eso, mire bien el lugar donde prepara sus platos más exquisitos ¿Está tan limpia y cuidada como el living?¿Es un caos? ¿Siempre tiene algo sucio? El lugar donde guardamos y preparamos nuestro alimento (que nos proporciona energía) necesita estar pleno de esa energía y de alegría.


Energía vital

Finalmente, el factor fundamental a incluir en la casa y en su cuerpo (que, en definitiva, es su casa en esta vida) es nuestra propia energía. ¿De qué sirve que esté amoblada y decorada si la energía está gastada o viciada?

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