Elegir los alimentos adecuadamente y alimentarse bien


La fruta y la verdura
La fruta y la verdura son básicas porque son ricas en vitaminas y antioxidantes. Favorecen el equilibro vitamínico y frenan el envejecimiento celular. Ahora bien, no hay que comprar cualquier tipo de fruta sino privilegiar los productos de temporada: es más sano, menos caro porque la producción es mayor y es mejor para el medioambiente. Para ello es aconsejable adoptar la costumbre de comprar en un productor minoritario, fiable, que venda productos frescos que no hayan pasado por cámaras frigoríficas. O aún mejor, cultiva la fruta y la verdura en tu propio huerto y te ahorrarás los pesticidas.
Recuerda que los frutos secos también son beneficiosos para nuestro organismo. Debemos consumirlos a diario porque son una fuente extraordinaria de vitaminas, calcio, oligoelementos y sales minerales. Eso sí, no hay que excederse, con un puñadito hay suficiente.

>El pan
Es otro de los alimentos básicos, pues es realmente nutritivo, siempre que se prepare con harina completa y levadura natural para que no resulte indigesto. Combinado con un plato de legumbre seca, obtendremos la cantidad de proteínas equivalente a la contenida en un trozo de carne.

>Los cereales
Los cereales hay que consumirlos en todas las comidas, pero desconfía porque aunque son una fuente de sustancia importantísima, lo malo es que retienen los pesticidas. Para evitarlos debes consumir aquellos que dispongan de la etiqueta AB.
Los llamados cereales “calientes” (avena, quinoa, sorgo, etc.) se consumen sobre todo en verano, mientras que los “fríos” (trigo, cebada, sarraceno, etc.) se cocinan en invierno.
El arroz y la pasta, que, contrariamente a lo que solemos pensar, no engordan, se pueden saborear durante todo el año.

>La grasas
Todos conocemos los beneficios de los aceite vegetales para nuestra salud, igual que lo prejudiciales que son las grasas animales. De ahí que haya que respetar el siguiente equilibrio: 90 % de grasas vegetales y sólo un 10 % de grasas animales.
El aceite de oliva, de colza, de lino y de cártamo son los mejores portadores de ácidos grasos insaturados.
La mantequilla y la margarina se pueden consumir, pero en pequeñas cantidades y siempre que sean de buena calidad.

>La carne y el pescado
-La carne no es indispensable y hay que consumirla con moderación. Si se puede, es mejor comer carne de buena calidad como la carne blanca (cordero o ternera) y olvidarse de la carne roja (cerdo, despojos y, sobre todo, caballo).
-En cuanto a aportaciones nutritivas, la charcutería no es nada interesante. Por el contrario, contiene una gran dosis de purinas y toxinas.
-El pescado es rico en proteínas y algunas clases (el pescado azul) son ricos en omega y vitaminas A y E. Intenta consumir productos pescados en alta mar.
- También hay que prestar atención a los huevos. Elígelos de gallinas criadas al aire libre, son mucho más ricos.

>Productos lácteos
-En cuanto a los quesos: cómpralos de pasta cocida y fabricados con leche cruda. El queso de cabra y de oveja son los más fáciles de digerir.
-El calcio contenido en los lácteos incita al organismo a desmineralizarse y hace que cojamos peso. Si prefieres evitarlos, consume productos de origen vegetal. Con el calcio que aportan dichos ingredientes hay más que suficiente para satisfacer nuestras necesidades.
-Los lácteos, ligeros o no, hay que evitarlos, pues reúnen todo lo perjudicial de la leche y el azúcar.

>Azúcar, sal y especias
En lugar de azúcar, es preferible consumir miel o sirope de arce porque, al estar metabolizados, no engordan (excepto en los casos de consumo exagerado).
Prohibido queda el aspartamo químico y tóxico. Es mucho mejor el azúcar de caña bruto.
Y desconfía de la sal. Las verduras ya la contienen de forma natural y los productos industriales suelen estar salados en demasía. Así que para dar sabor a tus platos opta por las hierbas y las especias; además, facilitarás la digestión.

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