Insomnio primario e insomnio secundario
Frecuentemente hablamos del insomnio ya como un problema común del cual hay poco para decir. Si preguntas a tus conocidos no te extrañarás de que más de la mitad de ellos te confiese que padece insomnio en algún grado, una clara pauta de que al igual que el estrés, el insomnio ya es parte de nuestras vidas.
Sin embargo, hay que ver esto con matices. No todas las personas que te confiesen que padecen insomnio padecen insomnio propiamente dicho. El insomnio puede tener dos variantes, y de hecho ninguna de las dos tiene por qué presentarse definidamente, sino que de forma difusa.
Una variante del insomnio es la del insomnio primario. Este se traduce en tres o más noches por semana con serias dificultades para dormir, despertando de madrugada desvelado o bien pasando en vela toda la noche. Sin embargo, estos son casos extremos, que si bien existen no se presentan en altos grados.
A diferencia del primario, el insomnio secundario (la segunda variante) es no una causa, sino que una consecuencia. Éste es producido por varias enfermedades y problemas del organismo, y siempre se presenta en grados menores que el otro, y normalmente sus apariciones son esporádicas e irregulares.
El insomnio puede ser más o menos severo. El insomnio crónico se extiende durante mínimo un mes, y puede prolongarse por tiempo indefinido. Por otra parte, el insomnio que ocurre en menor cantidad de noches y de tiempo suele conocerse como insomnio a corto plazo.
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