Nutrición y salud dental
Podría resaltar antes de escribir cualquier otra palabra que una buena salud bucal es el reflejo de una buena alimentación y nutrición, y viceversa. De hecho, la salud bucal forma con la buena nutrición una especie de simbiosis, donde una es reflejo de otra, complementándose y sirviendo el cuidado y atención a cada una para mejorar el estado de ambas.
La buena nutrición permite tener dientes sanos y fuertes, resistentes al ataque de bacterias; y por otra parte, una dentadura en buen estado te permite masticar bien los alimentos, el primer paso de nuestra digestión. ¿Pero cómo cuidarla?
En primer lugar es fundamental aclarar la importancia de la higiene dental. Dientes sanos y fuertes sólo se consigue lavándotelos una vez luego de cada comida para eliminar los deshechos que quedaron en tu dentadura. Además, una pasta dental con calcio y flúor es un complemento perfecto a un buen cepillo de dientes.
Pero hablemos también de alimentación, pues sólo nutriéndonos bien podemos proveer a nuestros dientes con los minerales y vitaminas necesarios para su salud. Los alimentos lácteos son fundamentales para ello, pues permiten una ingesta adecuada de calcio para así mantener tus dientes fuertes.
Los alimentos con grasas también son útiles, pues permiten a nuestro cuerpo digerir el calcio de los productos lácteos. Nueces, quesos o frutos secos aseguran un consumo limitado y suficiente de grasas para conseguir la correcta asimilación del calcio.
Ácidos grasos como el Omega 3 también son fundamentales. Como es costumbre, recomendamos el consumo de pescado y otros frutos del mar, los cuales contienen un alto contenido de los mismos.
También, como consejo final, es necesario limitar el consumo de alimentos que contengan demasiada azúcar o carbohidratos, para así prevenir a nuestros dientes del ataque de bacterias que están presentes en estos alimentos.
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