La ciudad es perjudicial para nuestro cerebro
Estrés, depresión, fobias y alergia a la vida son constantes en los estados anímicos de quienes somos víctimas de las urbes. Salir a la calle, tomar un autobús y contaminarse de ruidos de motores, empapar nuestros pulmones con hollín, y ser atropellado por un grupo de ejecutivos con maletines de cuero que caminan a 40km/h son cosas que nos ocurren a menudo a quienes vivimos en ciudades.
Esto es un hecho, y sino pregúntenselo a Marc Berman, psicólogo del Laboratorio de Neurociencia Cognitiva de la Universidad de Michigan, quien ha estudiado los estímulos que recibimos las personas que vivimos en la ciudad, y demás está decir que el campo nos lleva muuuucha ventaja en términos de calidad de vida.
Berman experimentó con estudiantes a quienes hizo caminar por calles bulliciosas, mientras que a otros les pidió que lo hicieran por parques. Luego les midió con una serie de tests su memoria y atención, con resultados ampliamente favorables a quienes caminaron por el parque.
Es más, Berman también concluyó que el bullicio insoportable de la ciudad también reduce nuestro autocontrol, y que el cerebro, al cansarse de los estímulos de la ciudad tiende a enfurecerse con facilidad.
No queda otra que hacer caso aquella gran banda uruguaya que fue Días de Blues cuando decía con resignación: Vámonos al campo.
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