Según un informa aparecido en la edición del mes de julio/agosto de la popular revista Annals of Family Medicine, parece que llevar un estilo de vida saludable y una actitud optimista ante la misma favorece mucho más a aquellas personas que tengan problemas cardíacos.
El estudio fue dirigido por el doctor Robert Gramling, de la Universidad de Brown, y en él se constato que el índice de mortalidad de los hombres que tenían un punto de vista optimista fue de sólo un tercio frente al de los que decían tener un riesgo promedio.
Sin embargo, este resultado no fue el mismo para las mujeres que participaron en el estudio, cuyo índice de mortalidad fue absolutamente igual para aquellas que afirmaban tener un riesgo menor y para aquellas que pensaban de manera contraria.
Una de las conclusiones a las que pudo llegar su equipo es que, si bien un médico debe constatar la situación real y utilizar, por ende, el correspondiente argot médico, debería medirse la forma en cómo se habla con el paciente, dado que siempre se existe un sesgo pesimista y se pueden ver cosas donde en realidad no las hay.
¿El objetivo? Sugerir una prevención basada en realizar cambios en base al miedo, manteniendo además un punto de vista positivo.
Vía | Annals of Family Medicine
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