Los efectos de pensar positivo
Mucho se ha hablado de los efectos que nuestros propios pensamientos tienen sobre nuestro cuerpo y salud, sin embargo aunque antes se haya visto esto como un elemento “extra” de nuestro bienestar, cada vez más estudios demuestran que más que un lujo, esto es una necesidad básica.
Experimentos realizados con agua han demostrado que los pensamientos y emociones de hecho tienen un impacto físico y real sobre la estructura de este compuesto; mientras los pensamientos son positivos, las moléculas de agua forman estructuras hermosas, pero si se envían sentimientos de odio o miedo, esas mismas estructuras se vuelven deslucidas e incluso desagradables.
Así que, si esto funciona en el agua, tan sólo imagina el poder que tus pensamientos constantes tienen sobre tu cuerpo, el cual también está formado en gran parte por agua.
Un estudio publicado en el Science Medicine Journal reveló que el pesimismo puede combatir hasta los medicamentos más poderosos y que, emociones como la ansiedad y preocupación, pueden activar centros de dolor en el cerebro.
De la misma forma, si se espera sentir bienestar o alivio, dicha actitud positiva puede doblar el efecto del poder analgésico de un medicamento que se toma para combatir el dolor.
Y lo más interesante de estos estudios, es que esta técnica puede servir para cualquier situación de nuestro cuerpo. Así, si se desea bajar de peso, una actitud negativa constante hacia los alimentos puede provocar un mayor aumento de peso –en lugar de apreciarlos y agradecerlos y evitar esta situación-.
En cuanto a enfermedades, si el 100% de nuestra atención se encuentra enfocada a la condición o al dolor, lo más probable es que ésta persistirá sin importar cuál sea el tratamiento.
Pero, si por el contrario aprendemos a ignorar el padecimiento y nos concentramos en la sensación de bienestar que tendremos al curarnos, entonces eso facilitará el restablecimiento del equilibrio corporal.
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