Las comidas de los más chicos deben ser equilibradas y reunir todos los nutrientes necesarios para su desarrollo. Más allá de nuestros esfuerzos por cocinar las recetas más saludables muchas veces los más pequeños se niegan a comerlas. Menos control tendremos sobre esta situación si suelen almorzar en el colegio. Veamos qué podemos para que terminen su comida.
En primer lugar, dales más participación a tus chicos. Preguntales qué nuevas frutas y verduras les gustaría probar. Además, puedes llevarlos al mercado y dejarlos seleccionar algunos alimentos de temporada. Así estarán más predispuestos a la hora del almuerzo.
Cuida la presentación de los platos. Un sándwich, por ejemplo, se volverá mucho más interesante si le creas una forma divertida. Además, prueba también cortarlo en tiras para que sea más sencillo que lo puedan recoger y comer. Además, si tienen que llevar la comida al cole será una buena idea sustituir las aburridas bolsas de nylon por alguna con forma de animales o personajes de dibujos animados.
Haz porciones pequeñas. Darles versiones más chicas de los alimentos es una excelente forma de mantener las porciones bajo control. Además, intenta variar el menú. La misma comida todos los días puede resultar aburrido para cualquiera. Por eso procura cambiar el menú todos los días. Trata de elegir alimentos diferentes e interesantes.
Se creativo. Si tu hijo es pequeño y se lleva la comida al colegio puedes colocar juegos, adivinanzas, notas o adhesivos en sus comidas. De esa forma estará expectante por la hora del almuerzo. Incluso, si tienes más tiempo, puedes imprimir etiquetas y personalizar su propio almuerzo, por ejemplo, inventando nombres divertidos para sus recetas.
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