Las columnas de opinión de la sección de salud y estilo de vida del Telegraph son buen motivo de inspiración para vivir de forma saludable y sacar lo mejor de nuestras actividades. En una de ellas me inspiro para escribir hoy, en base a las palabras de la yoguí Lynne Oliver, británica radicada en Lanzarote.
En una entrevista realizada por el periódico inglés la instructora de yoga habla de la importancia de permanecer en un ambiente familiar y conocido cuando caemos en enfermedades, lo cual nos puede permitir acelerar nuestra recuperación de forma formidable.
En situaciones apremiantes tendemos a buscar refugio en nuestros seres queridos. Los estados de enfermedad no escapan a la regla, y aunque sea una simple gripe lo que estemos padeciendo, inevitablemente necesitaremos la ayuda de nuestra pareja o nuestros padres para recuperarnos.
Esto se debe al sentimiento de protección que ellos son capaces de proveernos, el cual se intensifica si nos encontramos en nuestro hogar y no en un hospital, pues no hay como estar en casa.
De hecho, Oliver avanza más allá de ello. Sus necesidades no sólo se conectan con sus seres queridos, sino que además cada vez que se enferma viaja a Inglaterra para recuperarse más rápidamente, pues incluso las diferencias idiomáticas pueden perjudicar la recuperación.
La psicología interviene directamente sobre nuestra salud física, y esta es una forma bastante clara de verlo.
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