
Hoy es lunes. Todos estamos de acuerdo en que este día debería ser eliminado automáticamente del calendario. Dejamos atrás el ansiado fin de semana y la llegada del maldito lunes nos indica que tenemos que madrugar, volver al trabajo, continuar con el estudio y con todas aquellas cosas que conforman nuestra rutina de todos los días.
Si bien es normal que tengamos pereza y por ello nos cuesta comenzar una nueva semana, quizá algunas veces no sea solamente eso lo que te ocurra. A fin de cuentas, la manera cómo te levantas un lunes depende de todo lo que has hecho durante el fin de semana.
Echa un vistazo a algunas de las razones por las cuales la llegada del lunes suele ser un infierno para ti. Cuando identifiques qué es lo que te ha ocurrido el viernes, sábado y domingo, tendrás la respuesta de por qué te sientes tan cansado y tan poco animado los lunes.
Has hecho demasiado
Sabemos que los fines de semana son para hacer todo aquello que, por falta de tiempo o por nuestras obligaciones, no podemos hacer el resto de los días. Ir de shopping, al cine, practicar deportes, salir a bailar, visitar amigos o dar un paseo por la ciudad son muy buenos planes, pero no para hacer todos juntos en solo dos días. Organiza tu fin de semana y deja tiempo para descansar.
Demasiada comida
Los fines de semana se caracterizan por ser los días en que la gente se olvida de la dieta y se permite todo tipo de comidas. Eso no estaría mal si lo haces con moderación. El problema está cuando nos excedemos con la llamada comida chatarra: hamburguesas, pizzas, papas fritas, carne, helado y torta son opciones muy tentadoras pero si abusas de ellas te sentirás “pesado” y con dolor en tu panza durante todo el fin de semana. Y obviamente, subirás kilos.
Demasiada bebida
No está mal salir un sábado a la noche y divertirse junto a nuestros amigos bebiendo algunos cócteles, pero siempre con moderación. Cuando nos excedemos con el consumo de alcohol, puede que la resaca y sus efectos (dolores de cabeza, fatiga, mareos, malestar estomacal) nos duren todo el fin de semana. Y así, obviamente, sufrirás las consecuencias el lunes.
Has compartido alimentos o bebidas
Los fines de semana también son una gran ocasión para reunirnos con amigos y familiares para disfrutar de un almuerzo o cena juntos. Quizás alguno de ellos no se encuentra del todo bien de salud y tú sin darte cuenta compartiste cubiertos, utensilios o vasos con esa persona. En este caso, puedes haber contraido gérmenes y levantarte con resfriados, tos y hasta gripe.
No has dormido lo suficiente
Es fundamental que utilicemos los sábados y los domingos para recuperar las energías gastadas durante la semana pasada y fortalecernos así para la que viene. Si no descansas lo suficiente, seguro se te hará mucho más difícil comenzar el lunes.
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