La hipertensión y demás problemas circulatorios asociados a la alta presión sanguínea son bastante comunes en los historiales médicos de personas de todo el mundo. Existen muchas variables que aumentan la presión sanguínea, y otras tantas que las disminuyen; algunas de las últimas de naturaleza increíble.
Una de ellas es el simple hecho de tener hijos, algo que a pesar de poder resultar de total incredulidad para un padre estresado y falto de sueño a causa de su rol paternal, ha sido demostrado por un equipo de investigadores de la Universidad Brigham Young en Povo, Utah.
Dirigidos por la Dra. Julianne Holt-Lunstad, los científicos realizaron un seguimiento de 198 adultos (padres y no padres) en relación con su presión sanguínea. Para ello les colocaron un medidor de la presión sanguínea las veinticuatro horas del día y les pidieron que realizaran una vida normal.
Los resultados demostraron que los adultos que participaron en el estudio y que tenían hijos tenían una presión sanguínea menor que los demás, algo que sorprende de tan sólo leerlo teniendo en cuenta que los niños son capaces de sacar canas y arruinar el mejor descanso nocturno.
Esto no quiere decir que el mero hecho de tener hijos baje la presión sanguínea por razones físicas. En realidad, es la sensación de responsabilidad y de significado de vida que esto genera lo que permite reducir la presión sanguínea en los padres, al hacer más fácil eliminar el estrés y las tensiones que se producen en la vida cotidiana.
0 comentarios:
Publicar un comentario