Tips para combatir la pérdida de la audición
Es un “daño invisible”, pero no por ello menos doloroso. Además de la pérdida de uno de nuestros cinco sentidos, la falta de audición implica también serias dificultades para interactuar y hacernos entender con las demás personas.
Esta afección en nuestra capacidad de escucha se incrementa con los años y puede llegar a ser irreversible. Pero con la contaminación sonora de hoy en día, los jóvenes también tienen altos riesgos: la música elevada a la que exponen sus oídos es una de las razones por las que su audición se ve cada vez más dañada.
Para proteger la salud de tus oídos, presta atención a los siguientes consejos.
Evita los ruidos fuertes. Siempre que te sea posible, trata de alejarte de ellos. Cierra las ventanas de tu automóvil cuando conduzcas, no te quedes al lado de los parlantes en un concierto o en las discotecas y sal a comer a aquellos restaurantes en los que puedas conversar sin elevar la voz.
Limita tu exposición. En el caso que sea inevitable estar cerca de ruidos fuertes, trata de limitar la cantidad de tiempo que tus oídos están expuestos a ellos. Cuanto mayores son los decibeles del sonido, menor es el tiempo que debemos estar expuestos al mismo para que nuestra audición no se dañe.
Para que te hagas una idea: una conversación normal tiene 55 a 65 decibeles, el ruido del tráfico de 70 a 85, música en clubes o restaurantes de 90 a 110 y una sirena de la ambulancia 120.
Protégete. A partir de ruidos superiores a los 85 decibeles, es recomendable que los oídos se encuentren protegidos. Estamos hablando, por ejemplo, cuando te expones al ruido constante de una cortadora de césped, uso de taladros y herramientas eléctricas.
Controla el volumen cuando escuchas música o miras televisión. Los auriculares a todo volumen son dañinos para nuestra audición tanto como lo es el equipo de música o televisor a volúmenes elevados. En estos casos, lo ideal es que elijas el nivel del volumen considerando que puedas mantener una conversación normal (sin elevar la voz) con una persona a un metro de distancia.
Descansa tus oidos. Así como una herida necesita curarse, nuestros oídos requieren un descanso si han permanecido expuestos a sonidos fuertes. Por ello, al día siguiente a un concierto de rock, no te expongas donde sabes que habrá mucho ruido. Si tu rutina implica una constante exposición a volúmenes elevados, procura tener algunos minutos de silencio.
Ve al médico y hazte chequeos. Es importante que mantengas tu audición bajo el control de los expertos. Si notas que ya no escuchas como antes, consulta a tu médico.
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