Cuantas personas creen estar siguiendo una dieta sana y equilibrada y no consiguen bajar ni un kilo. En lugar se enfadarse con la báscula, de jubilarla y comprar otra en busca del peso perfecto, puede que la respuesta sea mucho más evidente y la dieta que se sigue, pensando que es sana y saludable esconda unas ciertas cantidades de calorías ocultas culpables de que no se consiga bajar de peso.
En post anteriores ya hablé de las llamadas calorías ocultas, pero siempre va bien recordarlas, sobre todo, cuando la operación bikini se pone en marcha.
En la mayoría de casos, son los productos manufacturados, por muy sanos que parecen que sean, los congelados, los alimentos light que no son tan light... son los verdaderos culpables: la leche, los yogures, el embutido, el pan, las galletas, los zumos, las sopas... ¿Realmente pensáis que son tan inocentes? Pues ¡NO!
Debéis recordar que el azúcar blanco o refinado es uno de vuestros peores enemigos. Como producto artificial que, lejos de aportar nutrientes, sólo esconde una gran cantidad de calorías. Pero no penséis que os podéis librar de él, eliminando el sobre de azúcar del café o dejando de comer dulces... El azúcar blanco se esconde en salsas, enlatados, embutidos, salsas, gelatinas...y hasta en el alcohol y el tabaco.
A continuación os muestro un ejemplo de buena y mala ensalada. A ver si identificáis vuestros errores.
Ensalada OK: como base espinacas, canónigos... zanahoria, manzana rallada, nueces, queso de cabra, pollo a plancha, pavo o salmón... Aliñado con vinagreta de aceite de oliva. Calorías: 400-500.
Ensalada KO: lechuga iceberg, queso, aguacate, beicos, pollo empanado, picatostes, cachuetes, pasas... y aliñado con salsa césar, mayonesa, salsa rosa. Calorías: 1000-1200
Fuente: Terra
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