El colesterol factor clave en la menopausia


A veces pareciera que se nos olvida que una sana alimentación es la mejor inversión que podemos hacer a largo plazo para garantizarnos una calidad de vida digna, en ocasiones por las prisas, el estrés o diversos factores descuidamos lo que comemos y nos extrañamos cuando los resultados de la analítica sanguínea nos pasa la factura de lo mal que hemos estado nutriéndonos.

La Dra. Pilar Riobó, jefa asociada de Endocrinología y Nutrición de la Fundación Jímenez Díaz de Madrid participó en el Seminario organizado por el Instituto Flora bajo el título 'Mujeres, menopausia y colesterol', en el cuál explicó que la alimentación es uno de los pilares principales para gozar de una buena calidad de vida y reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. En el caso femenino, la alimentación adquiere una mayor importancia durante dos etapas principalmente: el embarazo y la menopausia.

Durante el embarazo la alimentación tiene que ser equilibrada y aportar nutrientes tales como calcio, ácido fólico, hierro, líquidos, fibra, vitaminas y minerales. Por su parte, es durante la menopausia cuando se producen los cambios más evidentes en el organismo de la mujer, entre ellos la disminución de estrógenos, una hormona que actúa como protectora de enfermedades cardiovasculares.

La desprotección estrogénica que acarrea la llegada de la menopausia y los altos índices de colesterol que se generan con este cambio hormonal hacen imprescindible la necesidad de llevar una alimentación saludable, variada y equilibrada que proporcione a la mujer las necesidades básicas a fin de prevenir o reducir los principales factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares como la hipertensión y el colesterol.

Durante los años perimenopáusicos, se produce un aumento gradual del colesterol total, un aumento del colesterol LDL ('colesterol malo') y los triglicéridos, así como un descenso del colesterol HDL ('colesterol bueno'). Estos cambios incrementan el riesgo de enfermedades cardiovasculares en la mujer, multiplicándose dicho riesgo por cuatro durante los diez años siguientes a la menopausia.

La alimentación desempeña un papel fundamental para moderar y reducir los elevados niveles de colesterol. Según la Organización Mundial de la Salud, el 80 por ciento de las enfermedades cardiovasculares podrían evitarse con una alimentación saludable.

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