Las consecuencias del tránsito lento
El estreñimiento o tránsito lento es causado por una alimentación que no incluye alimentos ricos en fibra, algo que hace que nuestra actividad intestinal se estanque y no funciona normalmente. La falta de ejercicio físico también influye, además de la deshidratación causada por no darle al cuerpo la cantidad de líquido que precisa.
Las causas del tránsito lento pueden ser evitadas, para así prevenirlo y no tener que soportar sus consecuencias. Sin embargo, en algunas ocasiones el tránsito lento aparece igual por más que lo evitemos y debemos lidiar con sus consecuencias. Por ello vale darle una repasada a ellas para ver en qué consisten concretamente.
En primer lugar existe el malestar generalizado de la persona. El estreñimiento genera una sensación de incomodidad e hinchazón, que lleva asociado mal humor e inquietud, algo que repercutirá directamente en nuestra vida social y laboral.
También existe el riesgo de hemorroides, las cuales consisten en dilataciones de las venas que rodean al ano, que pueden llegar a aparecer cuando se realiza un esfuerzo. Las hemorroides pueden ser internas o externas, y pueden llegar a agravarse si no reciben tratamiento adecuado.
La fisura anal es otro de los riesgos del tránsito lento, y ésta consiste en una herida que se produce en la piel que rodea al ano debida a la fuerza que se hace al intentar defecar. El músculo se tensa demasiado hasta fisurar la piel causando esta herida.
Finalmente, el fecaloma es uno de los problemas más delicados. El mismo se debe a una acumulación desmedida de materia fecal, y el reflejo natural de expulsarlas no resulta suficiente. En estas situaciones es necesario un tratamiento que las humedezca y ablande.
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