¿Quién dijo que para sentirnos bien necesitamos tiempo? En realidad, sí es cuestión de tiempo, pero no tanto como el que te imaginas. Si empiezas ahora mismo puedes sentirte con mejor ánimo en tan solo 30 minutos. ¡Haz la prueba y verás!
Eleva tu nivel de actividad. Cuando hables por teléfono, párate y camina por la casa. En vez de llegar a tu oficina en elevador, usa la escalera. Cualquier actividad que implique movimiento y energía, despeja tu mente y te hace sentir mejor.
Sal a caminar. Está comprobado que una ágil caminata de 30 minutos ayuda a ponernos en forma y estimula la actividad del cerebro que mejora nuestro estado de ánimo. Procura hacerla a la mañana temprano para comenzar el día con energía y vitalidad.
Reúnete con tus seres queridos. ¿Por qué no te juntas con ese amigo que hace tanto no ves? Retomar viejos vínculos y fortalecer los que ya tenemos es una buena forma de estimular nuestra salud emocional, y por tanto, lograr nuestra felicidad. Olvídate del trabajo por un momento y pasa más tiempo con tu familia.
Libérate de algo molesto. Cuando de una vez por todas hayas solucionado los problemas con tu pareja, hayas comprado ese objeto que necesitabas o hayas agendado tu cita con el dentista sentirás que te quitas un peso de encima y aliviará tu estado de ánimo. Lo mismo con las tareas de la casa: ¿te cansa cocinar? ¿te fastidia lavar y planchar? Trata de hacer las cosas a su tiempo, sin presiones para que no resulte aun más pesado.
Haz una buena acción. Aconseja a algún amigo en problemas, ayuda a tus compañeros con su trabajo o simplemente escucha a alguien que lo necesite. Ayudar a los demás nos hace sentir mejor, pues es una manera de darnos cuenta lo importante que somos para ellos.
Sonríe. Ya conoces los beneficios de la risa para la salud. Está demostrado que hasta una risa falsa es un mimo para nuestro estado de ánimo. Si sonríes más, transmites energía positiva y seguro llamas la atención de todos.
Aprende algo nuevo. Sin dudas, descubrir cosas nuevas e incorporar conocimientos es un gran estímulo para seguir adelante. Compra un libro o investiga en Internet sobre los temas que más te interesen, no sobre los que “es necesario” o “se debe” saber. ¡Hazle caso a tus gustos e intereses!
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